lunes, 13 de abril de 2015

La última jugada

Suspiros y miradas perdidas; gestos emocionales del día a día. Tal vez si se mira más fondo, la única manera de expresar, sin llamar la atención, tanta desesperación y tristeza. Nada a cambiado la situación es la misma, se siguen esperando cosas de personas que a lo mejor ni les interesas. No todo ha sido tan malo, pequeños pero sustanciosos momentos que invitan a no darse por vencido.

Noches lúgubres y melancólicas. Un sentimiento de expectativa y por qué no, de esperanza, invaden tus pensamientos al mirar las luces de la calle que entran por la venta antes de acostarse. Mañana podría ser un día mejor, quizás el destino ha estado preparando algo maravilloso parar ti! Puede que la vida de estas sorpresas a otros, pero este ser sin rumbo, suele llenarlo cada vez con más desaires.

La zozobra de un nuevo día. Despertar y ver nuevamente aquella ventana, ahora iluminada por el sol o los grises matices de una mañana lluviosa. El dolor de haber vuelto a la realidad y dejar atrás lo que sólo fue un lindo, pero inalcanzable sueño. Mis pensamientos me matan: unos son alegres y algo ingenuos, los demás siguen atormentado la existencia de un chico que no cree ser capaz de nada.

Una carta y memorias no tan prohibidas. Escribir de nuevo, a mano y con cariño a una persona que aún viviendo tan lejos, te ha demostrado que si le importa tu amistad. Han pasado ya 4 años desde nuestro último encuentro, nunca me pude despedir cómo hubiese querido, pero ella sigue ahí. Amor de un verano muy lejano, en el viejo continente, que ha vuelto a despertar ganas de querer vivir.

No se puede vivir en pasado. De lo contrario, muchos de nosotros serían a temporales a nuestros días. Deseas inalcanzables, no solamente por la distancia. La vida sigue y siendo algo contradictorio, este personaje decidió jugársela toda. Aquella niña, tan tierna pero a su vez tan esquiva. Una invitación a un concierto... la última y más poderosa carta que le quedaba al incomprendido chico "Old School".

Su mirada de indecisión, algo de asombro y un gesto de sonrojo, que pudieron valer la pena. La respuesta no fue clara, de hecho fue un tierno pero dudoso: "Me da mucha pena contigo, lo voy a pensar". Las fichas, en este ajedrez que llamamos vida, han sido jugadas. Sólo queda esperar. Podría ser el inicio de algo lindo y la mejor experiencia de mi vida hasta la fecha...

...o como ha sucedido cuando lo intento, otra decepción que ha costado, más que dinero, las ilusiones de un chico que no tiene a nadie.



 

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