viernes, 6 de febrero de 2015

Prólogo a una vida

"Vive una vida que puedas recordar" Así habla la letra de una canción de electrónica. ¿Qué es vivir? O más complejo aún ¿Cuál es el sentido de hacerlo? Por siglos filósofos, grandes pensadores y por qué no, cualquier persona, se ha preguntado por éste gran enigma. Una respuesta que, tal vez, continuará oculta incluso después del fin de los tiempos. 

Por el momento y para consuelo, es posible conformarnos con la idea de que la vida son todas aquellas experiencias, momentos y emociones que nos hacen sentir, soñar, sufrir y en ocasiones, ser felices.

La esperanza de sentirse aceptado. Por fin encontrar un pequeño pero reconfortante espacio en la sociedad. No es gran cosas, nada más un par de "amigas" y amigos que te hacen sentir mejor. Un saludo, algo insignificante, bromas, el placer de hablar con alguien más. La repudiada y temible vida universitaria, se ha tornado en algo atractivo.

Efímero, algo casi intangible. El espejismo de no parecer un logaritmo de un numero negativo. Es reconfortante ver cómo unas pocas personas te pueden hacer sentir vivo; olvidar malas experiencias, amores no correspondidos y hasta heridas que destruyeron tu alma.

No quiero dejarme llevar, tal cómo dije, es un sentimiento subjetivo y tal vez pasajero. Lo que surgió hace algunas semanas en forma de anhelo hecho realidad, podría desaparecer tan rápido como C al cuadrado. El miedo y la incertidumbre son fieles compañeros, que se debe o no, decir o hacer. ¿Cómo lograr que esto perdure?

Así cómo el infante que recibe el beso de la vida, empiezo a experimentar y sentir cosas. Tal vez es algo tarde, respecto a gente del común. No soy ni seré alguien especial, pero es el momento en que la zozobra y la inocencia, empiezan a mostrarme mi propio significado de lo que es vivir.






  


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